lunes, 5 de septiembre de 2011

Colorean “La Yabita”.




José se había despertado de apuros en medio del fin de semana. La abuela supo que tenía algún “plan” entre manos. Sus amigos, también con  8 y 10 años,  le estaban esperando en la esquina para ir donde la maestra Sonia Aguilera, quien les había convocado a pasar el día juntos.   

Primero, los dibujos comenzaron a colocar colores a La  Yabita, así se llamaba su comunidad en la ciudad de Holguín. Aparecieron techos rojos, árboles con frutos, la bodega, el perro más combativo y el más cariñoso, cercados, jardines, y hasta los vecinos caminaron por aquellas hojas de papel; el lechero, María, la costurera, el ponchero y Francisco, el “cuentacuentos”.  

Nuestra cámara grababa las historias de la comunidad en el consejo popular Alcides Pino. Llegamos atraídos por un proyecto que modificaba maneras de pensar, actitudes ante la vida, comportamientos a favor del ser humano y la convivencia.

El  ejercicio es parte de la iniciativa “Un sábado en familia” , la cual  colorea la vida en aquellos caminos.

“Desde  hace 3 años, las acciones  se  dirigen a transformar  modos, estilos de vida, en una zona donde proliferaron el  alcoholismo, el desempleo, el bajo nivel de  escolaridad y la  violencia  familiar.”

Así  nos comentó la maestra Sonia, desde el portal de su casa, mientras, en la sala, los niños se disputaban los lápices de colores para que su idea fuese la más linda, atrevida y cuidada.

La Federación de Mujeres Cubanas (FMC), conduce el proyecto junto  a organismos e  instituciones del territorio. Conversatorios, cursos, opciones culturales,  la  práctica  del deporte  y  la  recreación sana,  contribuyen  al cambio.

Poco a poco los vecinos se incorporaban a un sábado que revoluciona el barrio. Terminada la sesión de dibujos, José y sus amigos participaban en una competencia, carrera de ida y vuelta, con  victoria para quien respondiera con total acierto una pregunta de Historia, Aritmética o sobre las reglas ortográficas.  Mientras, los abuelos revolvían fichas, y sacaban sus cálculos frente al dominó.

La Federación de Mujeres Cubanas pone la mirada en 28 comunidades de la provincia de Holguín, con una compleja problemática social, y planea llegar más lejos.

A  media mañana, la maestra Sonia animaba el encuentro de conocimientos, el juego de dominó anunciaba un cierre olímpico,  y  las artesanas detuvieron sus manos para sumarse a la expectativa,  entre trozos de tela y naturaleza muerta que luego irían en perfecta armonía a ambientar las casas de los vecinos.   

“El barrio ha cambiado, las personas participan en el proyecto, disminuyó el alcoholismo,  hombres y mujeres se han incorporado al trabajo, aún no  estamos conformes, pero la comunidad es otra”.

Cierre  de fichas sobre la mesa y el gane para los abuelos de José.  Mientras,  en el comedor de Sonia, los dibujos terminados mostraban una comunidad transformada,  llena de colores y luces bordeando la loma en las afueras de la ciudad.