Fue después de los primeros gallos y antes del cantío de los más perezosos. En principio, la carretera, luego un camino angosto, hecho de polvo y desniveles. “Lleno de hoyos, periodista”, me habría dicho el guajiro de mi historia, sin muchos afeites y palabrerías.
Una vez a la izquierda, dos a la derecha, la tienda del pueblo, la cañada, pregunta y vuelve sobre el rumbo. Ya falta poco, dijo desde el primero hasta el último de los caminantes. Al encuentro, carretones tirados por caballos, y el saludo imprescindible de los que parecían conocernos de toda una vida.
“Vista Hermosa”, así le habían bautizado hacía más de 30 años, tiempo suficiente para que los meses abrieran hendijas a su nombre. 184 familias vivían en aquella comunidad de edificios en el municipio Calixto García, a varios kilómetros de la ciudad de Holguín.
Rigoberto llegó un sábado, 12 años antes que nosotros. Su travesía fue más sencilla por el atajo. Aún medio indeciso y con la disyuntiva que siempre promete salvarnos la primera vez, decidió probar suerte.
Maestro devenido campesino. Hoy es él quien aprende las lecciones de un pedazo de tierra, a fuerza de surcos truncos y prósperas cosechas.
Lo encontramos de vuelta por el sendero que conduce a la comunidad. Los vecinos le gritaban palabras al juego, y él respondía con gracia. Machete a la cintura y sombrero, inseparables prendas. Un hombre jaranero quien se mira, dice, más animado por estos días. La “Vista Hermosa” de su pequeño barrio, rescata valores para no defraudar a su nombre.
La pintura chamuscada reconquista colores, el comején perdió la cena en viejas puertas y ventanas de madera. Otras nuevas las sustituyeron, mientras más cerca del cielo, impermeabilizan cubiertas, eliminan fugas hidrosanitarias, y mejoran redes eléctricas.
Las acciones se extienden a 11 comunidades de la provincia de Holguín durante el presente año, como parte de un Programa de Rehabilitación de Edificios Multifamiliares.
Brigadas del Ministerio de la Construcción, el Poder Popular y la Empresa de Conservación, Rehabilitación y Servicio a la Vivienda, ejecutan las obras en los municipios holguineros de Mayarí, Moa, Calixto García y Rafael Freyre.
“Estamos esperando que reparen las aceras, y las calles, dicen que eso también viene”, agrega Rigoberto, ya detenido a conversar, cómodo, como si no hubiese más para su día.
Más de mil 900 familias de la provincia de Holguín, percibirán la transformación de sus barrios cuando concluya diciembre.
A punto del medio día, vereda arriba, justo cuando el perro más odia a su amo, salimos por el atajo. Atrás, la polvareda del fin de la mañana, y encima, los apuntes para esta historia, en cuyo final Rigoberto, un maestro convertido en campesino, se resiste a la idea de regresar a la ciudad.