miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sólo les  confieso que  me gustaría conocer  a  estos  5  cubanos, o al menos, verles de lejos en algún parque habanero, y hasta subiendo nuestra Loma de la Cruz  a escasas  cuadras  de  mi  casa,  por qué no??.

Disfrutaría  encontrarles un día en alguna calle de la ciudad,  y que dejaran  de  ser  una  foto,  un  letrero o una  consigna.  Les imagino caminando con naturalidad, con desenfado, conversando en alguna esquina habanera. Riendo de  un chiste  dicho en  buen cubano,  asistiendo a  un juego  de  béisbol, al teatro  o intercambiando de  un  tema  nuestro  con un  cochero, una  ama  de  casa  o un profesor,   con esos cubanos  que  tanto  reclaman  su regreso.   Sería un  regalo. 



Queridos amigos:
No era necesaria toda la violencia que se empleo en nuestro arresto.
Eran exactamente las seis de mañana cuando derribaron la puerta de la casa de Maggie, ubicada en un callejón del poco poblado Cayo Big Pine. Recuerdo la luz potente de una linterna alumbrándome a los ojos y varias armas de todo tipo a
puntando a mi cuerpo, al tiempo que me ordenaban tirarme al suelo boca abajo y poner las manos en mi espalda. Había allí más de una veintena de hombres y mujeres armados. Me metieron en un auto, sin vestir, con esposas apretadas a más no dar que mantenían mis brazos en la espalda, y pusieron el aire acondicionado a la medida mas elevada. Me condujeron a las oficinas del FBI en Key West y por el camino un oficial, con saña, me presionaba con preguntas. Todo respondía a un plan, porque en Key West todo estaba cerrado. Luego me llevaron de regreso a Big Pine y de ahí Cuartel del FBI en Miami, donde me sometieron a otro interrogatorio. Al no acceder a responder me trasladaron al Centro de Detención Federal. Fue el comienzo de 17 meses de castigo en celdas del llamado hueco. Aquel 12 de septiembre y por varios días, solo nos dieron una colcha y un rollo de papel sanitario.
Un amigo mio acostumbraba a decir: "Las comparaciones son malas", y yo veía mucha razón en sus palabras. Así que no trato de comparar.
El mes pasado, en Noruega, fue finalmente sentenciado aquel terrorista, un noruego ultraderechista de 33 anos llamado Andrés Behring Breivik, que "el 22 de julio de 2011 mato a 77 personas, ocho de ellas en un atentado con bomba contra la sede del gobierno de Oslo, y otras 69, principalmente adolescentes, en un tiroteo contra el campamento de verano de la Juventudes Laboristas en la isla de Utoya, disfrazado de policía". Recibió la pena máxima: 21 años de cárcel.
En nuestro caso, sin haber cometido delito alguno; sin jamás haberse podido probar, porque es improbable, porque somos inocentes, los cargos de espionaje y asesinato; sin jamás haber tenido un arma en nuestro poder, lo cual no hacia falta porque actuábamos con paz, sin la mas mínima violencia, contra el terrorismo, fuimos arrestados de forma extremadamente violenta, fuimos sometidos a un aislamiento inhumano y fuimos sentenciados a cadenas perpetuas, las máximas sentencias, y enviados a las penitenciarias mas rudas del sistema federal.
Hoy, 12 de septiembre, se cumplen 14 anos de prisión.
Ustedes, amigos, terminaran un día con esta colosal injusticia.
Cinco abrazos.
!Venceremos!
Antonio Guerrero Rodríguez
12 de septiembre de 2012
Prisión Federal de Marianna.