jueves, 26 de abril de 2012

Lista la conga, huele a Primero de Mayo.


 Marel González Escobar


Ha pasado algún tiempo,  pero puedo  recordarlo.  Escolares  de  pañoleta,   cuando se  aproximaba el día nos  embullábamos para  subirnos en él  desde bien temprano.  Nuestros  padres llevarían el control, pero buscábamos la oportunidad  y hacíamos   una marcha  propia entre  los  del  aula. 
Largos desfiles,  de muchos colores  y los  más  “cómicos”  inventos.   Era  como competencia  de  imaginería,    cada  quien con  el tema  que le  tocaba.  Los  panaderos, un pan  enorme,  los  agricultores  montaban un  sembradío sobre un camión,  los  médicos  hasta  simulaban un salón de operaciones  ambulante,  y  al final la  mejor  iniciativa siempre  se comentaba.  Todo  preparado con  antelación,  las ideas iban creciendo paridas por  el entusiasmo de la gente, hasta  que  un  locutor  en  la tribuna anunciaba:  “Adelante  los trabajadores del Sindicato de la Salud…”

 Banderas,  carteles, consignas, estribillos, y  rompía la conga.  Las  personas, contentas,  llegaban  a  las  plazas  y luego  “el fetecún”, como dice mi padre.  
Los  cubanos  hacemos  del estreno de mayo,  un día  de  celebración.   Los  trabajadores salen a las calles a respaldar  a la Revolución,  jolgorio  imprescindible del quinto mes del año.  Y  en medio de tantos y tanto, amigos  que  se   reencuentran en el  desfile,  adonde asiste  la  familia  y  hasta  la  mascota  de  la  casa. 
  Es  suceso  en   calles  o caminos,  pues  la fiesta  “se  forma” en un batey  o  en el    corazón de  la  ciudad.  Disfrute  en medio de una paz,  envidia  de millones fuera  de  esta isla.  Ya casi llega, lista la conga, huele a Primero de Mayo.