martes, 12 de julio de 2011

Agitados termómetros y abanicos



Marel  González Escobar

Nada le humedece, nada le doblega, parece tener el  favor del sol, de las nubes, y  hasta  algunos le vieron conspirando con la luna y otros astros. 
Las personas  insisten en disfrutarle de algún modo, mas,  nada le conmueve, nada consigue que deseche sus reglas, a pesar de las  críticas en cada esquina. “El más grande”, “el más caliente”, los comentarios  solo consiguen alimentar su orgullo, mientras, sin magia alguna hace de cualquier trozo de cartón el más elegante abanico. Vaya rigores los de este  verano.       

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